Los amigos imaginarios pueden ser personas o animales, y por lo general, pueden ser descritos por sus creadores. Además, tienen características y personalidades específicas.
Los niños crean a sus amigos imaginarios según sus necesidades. Por ejemplo, si el niño siente que su familia no le satisface por alguna razón, creará de repente una familia imaginaria que tendrá las característcias de su familia ideal.
Si el niño no tiene ammigos en el colegio, creará amigos imaginarios con los que podrá jugar y realizar todo lo que no puede en el colegio con los niños reales.
Lo que nosotros, como adultos, debemos hacer, es seguirle el juego, compartir con el niño esa fantasía. Así, podremos notar las carencias y dificultades que siente el niño y podremos ayudarlo a superarlas.
Jamás nos burlemos de sus fantasías, ni lo humillemos por tener amigos imaginarios. Por el contrario, comuniquémonos, juguemos y pasemos más tiempo con él.
Finalmente, los amigos imaginarios desaparecen.
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