Para ser líder, más importante que el IQ o que los conocimientos teóricos, es tener Inteligencia Emocional.
Daniel Goleman, al igual que otros psicólogos, ha realizado innumerables investigaciones sobre gente que ha llegado a ser líder en sus trabajos y lo que encontró fue que todos ellos compartían una característica: Todos tenían un alto nivel en inteligencia emocional.
En el mundo abundan profesionales con muchos títulos académicos, gente muy inteligente, con muy buenas ideas y con un alto nivel de análisis pero que se mantienen en sus mismos puestos de trabajo por años y nunca llegan a ascender o pasan desapercibidos en la empresa.
Y es que para llegar a triunfar en el mundo laboral es fundamental tener inteligencia emocional.
¿Qué implica tener inteligencia emocional?
1. Tener conciencia de sí mismo: Habilidad para reconocer y entender tus emociones y comprender cómo estas influyen sobre los demás.
2. Poder autorregularse: Habilidad para controlar y direccionar nuestros impulsos y emociones, y pensar siempre antes de actuar.
3. Sentirse motivado: Hacer las cosas por pasión y no sólo por una recompensa económica o de estatus.
4. Tener empatía: Habilidad para entender las emociones ocultas de los demás.
5. Tener habilidades sociales: Tener facilidad para relacionarse con los demás y construir buenas relaciones.
Como vemos, la inteligencia emocional es fundamental para el desarrollo de las personas. Por ello es importante desarrollar este tipo de inteligencia en nuestros hijos.
Enseñar a nuestros hijos a controlar sus impulsos desde pequeños, a motivarse, a tener empatía por los demás, a opinar, a comentar, a analizar, a razonar y a reflexionar, estimulará y desarrollará la inteligencia emocional en ellos y como consecuencia, desarrollarán la habilidad para llegar a ser líderes.
Y la mejor forma para enseñar las habilidades mencionadas anteriormente, es siendo nosotros, sus ejemplos.
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