domingo, 19 de febrero de 2012

Cómo ayudar a mi hijo a no ser víctima del bullying



Para ser víctima del bullying no existe una característica física en particular.

Muchos creen que el niño gordito, el feito, o el tímido será de todas maneras el punto al que los agresores tomarán por víctimas. Sin embargo, investigaciones han descubierto que el físico o la personalidad influyen sólo en un principio, pero si la posible víctima sabe defenderse, el agresor no podrá tenerlo como tal e irá en busca de otra posible víctima.

Por eso es sumamente importante enseñar a nuestros hijos a defenderse, a decir lo que sienten y lo que piensan sin temor, a sentirse seguros de sí mismos y no permitir ningún tipo de burla o menosprecio hacia ellos.

Para lograr eso, es fundamental enseñarles a amarse y a respetarse y la única manera de lograrlo, es amándolos y respetándolos nosotros como padres.

Cuando utilizamos la violencia y la agresión como medios para educar y corregir a nuestros hijos, lo que nuestros hijos están aprendiendo, es que ser agredidos es una manera normal como la gente se relaciona y es probable que permitan que otros los traten así.

Cada vez que agredimos física o psicológicamente a  nuestros hijos,  les estamos faltando el respeto que, como todo ser humano, merecen; además, les estamos comunicando que son torpes, que no saben hacer las cosas bien, y finalmente, les estamos destruyendo su autoestima.

Está en nosotros, padres de familia, que formemos niños con carácter, seguros de sí mismos, niños que se amen y se respeten, niños que respeten también a los demás, y todo esto, para que finalmente sean niños felices.

Amemos, comuniquémonos, compartamos y tratemos con respeto a  nuestros hijos y así evitaremos que sean víctimas del bullying.

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